LUZ MÉNDEZ DE LA VEGA: UNA VOZ IMPRESCINDIBLE
Hoy, por la noche, he recibido la triste noticia: doña Luz ha partido de este mundo material y nos ha dejado tiritando de nostalgia por su agradable y sabia presencia.
La conocí poco después de haber escrito mi tesis de licenciatura en Letras sobre su obra. Yo andaba con la idea de que las obras literarias podían ser analizadas sin entrevistar ni involucrar al autor. Así que la conocí cuando la tesis ya estaba terminada. Allí nació una amistad por la cual siempre me sentí honrada. Doña Luz compartió conmigo su pasión por la literatura y la sucesiva presentación de sus obras, que siempre cumplieron con los más altos estándares de estética y oficio poético.
Otro aspecto por el cual siempre la admiré, fue su determinado compromiso con los derechos de las mujeres. Un compromiso que se reflejó profunda y poéticamente en "Las voces silenciadas". Doña Luz tuvo la claridad de delinear la problemática que enfrentan las diversas mujeres que caminan por nuestros pueblos.
Hoy, doña Luz ha partido y yo me quedo llorando, por mi propia soledad y porque sin ella, mi vida quedará un poco más pobre. Sin embargo, su voz nos acompañará por siempre, a través de esos versos lumínicos y depurados, que se repetirán una y otra vez, en las voces de las mujeres, de sus amigas, de sus estudiantes, de todos aquellos que la amamos y la admiramos.
Aquí, uno de sus poemas:
Rescate
"Ya vendrá un viento fuerte
que me lleve a mi sitio"
León Felipe
En el camino de los vientos
espero.
Bajo el ancho cielo,
mar adentro,
con las velas tendidas,
espero.
Porque has de venir
"viento fuerte"
y yo estaré presta
para el tormentoso viaje
-timonel alerta-
que no pierda tu rumbo
viento rescatador
de inmovilidad de siglos.
Luz Méndez de la Vega
Luz, el viento ha venido por ti y te ha sacado de esta inmovilidad. Finalmente, has sido rescatada.
Gracias prima. Comparto el sentimiento. En 1994 la conocí, la entrevistamos un grupo de amigos y yo cuando hacíamos nuestr seminario sobre el lenguaje y los anglicismos; luego nos dedico una de sus columnas, estábamos felices. Siempre que leo sobre ella o algo de ella inevitablemente me recuerdo de vos. Viva siempre Luz Méndez de la Vega!
ResponderEliminar